El blog de Álvaro Delgado Truyols

Autor: Álvaro Delgado Truyols Página 23 de 32

Chutar cabezas

Afganistán jamás ha sido una potencia futbolística mundial. Aunque el fútbol, pese a quien pese, resulte ser un deporte que traspasa todas las fronteras y genera pasiones universales. Hasta tal punto de que -hace unos días- se divulgó un repugnante vídeo en el que unos talibanes afganos, entre risas, se pasaban a puntapiés -en un macabro simulacro futbolístico- las cabezas rapadas de varios rivales recién decapitados. Escuché casualmente en la radio el sonido de los golpes secos que emitían las patadas propinadas a esos desventurados cráneos, combinado con las carcajadas de los monstruosos tuercebotas que así se divertían, y les aseguro que resultan sonidos difíciles de olvidar. No resulta sencillo encontrar en el siglo XXI un ejemplo más repugnante de salvajismo y denigración de la condición humana como el que mostraron esos jóvenes barbudos henchidos de odio y fanatismo enfermizo.

Imbéciles esféricos

“Leed. No imagináis el inmenso placer que vais a sentir. La literatura va a desarrollar vuestra imaginación, os permitirá abriros a mundos radicalmente nuevos en los que no habríais entrado si no fuera por las palabras, os va a permitir entender quienes sois, va a poner palabras a aquello que sentís y que ni siquiera sabéis sobre vosotros. Aprenderéis más del deseo de aventura leyendo Robinson Crusoe que yéndoos de viaje…. Cuando tengáis celos porque queréis a alguien que no os quiere basta leer a Proust para entender ese sentimiento, para ponerle palabras que os van a calmar, porque os harán comprender que formáis parte de una comunidad que siente las mismas cosas, que no estáis solos. Esa es la singularidad de la lectura. Es una actividad solitaria que os abre al mundo. Nunca estaréis tan cerca de los demás como cuando leéis un libro…. Y apartaos de las pantallas, salid de ellas. Las pantallas os devoran, la literatura os alimenta. Las pantallas os vacían, los libros os llenan. Esa es la diferencia. La literatura es un arma de libertad”.

Denigrando la memoria y el esfuerzo

El filósofo y pedagogo Gregorio Luri, a contracorriente de las tendencias actuales, ha escrito que el estudio no memorístico constituye “una soberana imbecilidad, porque si lo aprendido no está en la memoria, no está”. Pero la nueva educación de nuestra Ley Celaá abomina del uso de la memoria en todo aprendizaje, identificándola con una forma de enseñanza mecánica, reiterativa y falta de creatividad. Como apuntó el catedrático de Filosofía Rafael Alvira, hoy se confunde la auténtica memoria con su forma más simplista y estereotipada.

Los recovecos ocultos de la lengua

Unas declaraciones del presidente del PP Pablo Casado -en el reciente congreso regional de su partido- relativas a que “en Baleares no se habla catalán, sino mallorquín, menorquín, ibicenco y formenterenc” han abierto la caja de los truenos sobre el tema de la unidad de la lengua catalana. Conocidos personajes, muchos largamente vinculados personal o profesionalmente a Cataluña, junto a numerosos anónimos pobladores de las redes sociales, se han apresurado a despellejar al político popular.

La capa de Supermán

La lucha contra la corrupción ha sido un tema sensible en la opinión pública de estas islas. Miles de páginas de periódicos y horas de radio y televisión se ocuparon, en otros tiempos, de ensalzar las hazañas de los idolatrados “Elliot Ness” locales. Cortes de calles con vehículos policiales, registros con armas y chalecos fosforescentes, detenciones espectaculares con conocidos políticos esposados, y cajas de Ducados semivacías sacadas ante las cámaras se convirtieron en argumento habitual de ese Netflix balear escenificado en la época de Zapatero. Lejano muñidor de una campaña político-judicial iniciada en 2004 en la Costa del Sol (casos “Malaya” y “Ballena Blanca”) y continuada generosamente en Baleares (casos “Andratx”, “Relámpago”, y muchos que vinieron después).

Torpe Pumpido

Hace ahora la friolera de treinta años que me dedico profesionalmente al Derecho. Coincidirán ustedes conmigo en que ya son años, y ya es Derecho. El ejercicio durante tanto tiempo de una profesión jurídica pública proporciona una interesante visión del paisaje, del entorno y de los personajes que a todos nos rodean en el complejo mundo del cumplimiento de las Leyes. Tanto en el campo de la contratación privada como en el de la práctica habitual de la Fiscalía, de los Tribunales de Justicia y de las diversas Administraciones públicas. Y, después de ese prolongado camino, uno acaba sabiendo más por viejo que por diablo, pudiendo afirmar -sin temor a equivocarse- que recorriendo esa larga trayectoria se llega a ver de todo, o dejémoslo en casi todo.

La masacre del señorito

Corren malos tiempos para ser lacayo. Tal vez los peores de los últimos años, vistos los escrúpulos que algunos gastan con quienes les han ayudado a alcanzar la púrpura y mantener el sillón. El kilo de esbirro progresista cotiza este verano muy a la baja, especialmente en la zona de Moncloa y sus aledaños madrileños. No iba tan desencaminado con su desprecio de la carne el Ministro Alberto Garzón. Por ello, recomiendo que se lo piensen mucho los ambiciosos desocupados a quienes tienta trabajar en política a las órdenes de desalmados con mucho poder.

La voluntad y el Derecho

No tengo por costumbre tratar cuestiones jurídicas de mucha enjundia en mis colaboraciones en prensa. Salvo pinceladas concretas y principios fundamentales, que siempre es bueno remarcar, soltar rollos profundos referidos a las especialidades profesionales de cada uno no me parece la función de quienes escribimos habitualmente en los medios de comunicación. Pero hay ocasiones en las que no queda más remedio que hacerlo, aunque sea de forma elemental. Y hoy es uno de esos días en que explicar algunos conceptos jurídicos se hace más necesario que nunca.

Defenderse de los gobernantes

Parece algo evidente que los regímenes democráticos deben articular mecanismos para defenderse de los ataques de sus enemigos, exteriores o interiores. Pero también, y ello resulta fundamental, para defenderse de sus propios gobernantes. Este viejo axioma del Derecho constitucional, formulado por mentes preclaras como la del norteamericano Thomas Jefferson, debería estar hoy más vigente que nunca.

Estocolmo en el Ampurdán

Los indultos a los secesionistas catalanes han generado ya excesivos comentarios. A favor y en contra, en una amplia horquilla que discurre desde la virulencia irracional a la complacencia empalagosa, a medida que el declarante se aproxima al maná emanado de las generosas ubres del Gobierno central o la Generalitat. Pocos han sido capaces de realizar un análisis riguroso, no sólo de las implicaciones políticas y legales del asunto en sí, sino de lo delicado que resulta quebrar de esta manera un Estado de Derecho, poniendo a los Tribunales españoles en solfa ante la opinión pública internacional.

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