En rapidísimo cumplimiento de una de sus principales promesas electorales, el nuevo ejecutivo de Marga Prohens ha aprobado el Decreto Ley 4/2023, de 18 de julio, que contiene importantes reducciones fiscales para todos los ciudadanos baleares, con entrada en vigor inmediata el día de su publicación en el BOIB, que ha sido el mismo día de su aprobación por el Consell de Govern.

El citado Decreto Ley contiene varias medidas tributarias destacadas: la eliminación práctica del pago del Impuesto de Sucesiones (IS) en las herencias (y pactos sucesorios) recibidas de ascendientes, descendientes o cónyuges; la reducción del 50% en la cuota impositiva de la antes carísima sucesión de tíos o hermanos que no tengan descendientes y del 25% en los que sí los tengan; la eliminación del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) para menores de 30 años o afectados por minusvalía que adquieran su primera vivienda por un precio no superior a 270.151,20 euros; la reducción en los mismos casos del tipo al 2% para menores de 36 años o afectados por discapacidad; y la reducción en escala del mismo ITP para la adquisición de viviendas por familias numerosas o monoparentales en las que convivan los padres y los hijos cuando el precio de compra no supere los 350.000 euros.

La reacción inmediata de la oposición, encabezada por los socialistas Iago Negeruela y Rosario Sánchez, ha sido decir que el Gobierno de Prohens se dedica a bajar los impuestos a los “ricos”. Vamos a analizar ahora la certeza de esta afirmación.

En cuanto al Impuesto de Sucesiones, se trata de un tributo profundamente injusto ya que no grava ninguna manifestación de renta ni de obtención de ingresos económicos, pues suelen crecer los gastos. Les pongo un ejemplo ilustrativo. Imaginen a dos hermanos que heredaron en su día un patrimonio de 500.000 euros cada uno. El hermano mayor liquida todo ese patrimonio y se lo pule en viajes, coches deportivos, casinos, fiestas y vicios de todo tipo, dejando a sus hijos menores tirados en la calle. El hermano pequeño lo mantiene y conserva hasta dejar a sus hijos una vivienda a cada uno, ayudándoles a montar un negocio. Con el viejo Impuesto de Sucesiones, el irresponsable hermano mayor nunca más pagará impuestos por ese patrimonio que se ha fundido, habiendo disfrutado para sus caprichos del total dinero que recibió. Sin embargo, el hermano pequeño habrá tenido que pagar todos los años el IBI, las basuras, la comunidad, la tasa de residuos, el Impuesto sobre el Patrimonio y, cuando lo deje a sus hijos, de remate, el Impuesto de Sucesiones. Su comportamiento responsable y ejemplar, que además ha liberado a las Administraciones públicas de tener que procurar a sus hijos el sustento y vivienda que habrán tenido que proporcionar a sus sobrinos abandonados, le ha costado mucho dinero todos los años, y le costaría la propina en el momento de su fallecimiento. ¿Es esto beneficiar a los ricos?

Los abundantes demagogos de la izquierda suelen tener una idea muy idealizada de los impuestos y bastante peliculera de las herencias, pensando que son un regalo caído del cielo de un pariente lejano que vive en América. Cuando la inmensa mayoría se producen entre cónyuges, o entre padres e hijos, o entre tíos y sobrinos, y lo que se transmite suele ser un patrimonio bastante modesto. ¿Qué sucede cuando fallece prematuramente un padre joven con hijos menores y una mujer desempleada? ¿Les parece a ustedes bien que esos familiares cercanos, que se han quedado de golpe sin la única fuente de ingresos de su familia, deban pagar impuestos por mantener la casa y los bienes que ya tenían? ¿Es también cosa de ricos?

En cuanto al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, una manera de abaratar la carísima vivienda que tenemos en Baleares es dejar de cobrar barbaridades a los compradores, especialmente a los jóvenes. Porque el Govern de Armengol estableció los tipos impositivos más caros de España (del 8 al 13%, mientras en Madrid tributan al 6%), y estas dos últimas legislaturas del Pacte de Progrés la recaudación tributaria por ITP/AJD subió en Baleares de 300 a 1000 millones de euros anuales. ¿Saben ustedes dónde está todo ese dinero? ¿Han visto infraestructuras nuevas -hospitales, carreteras, trenes, metro- o mejoradas respecto de las que dejó Jaume Matas en 2007?

Muchos progresistas hiperventilados deberían explicarnos en qué han gastado esa millonada y no tomarnos por idiotas hablando de los “ricos”. Tampoco asustarnos con que no existe margen para reducir los impuestos a los ciudadanos baleares en los 75 millones de euros que costará la rebaja de Prohens. Porque hay margen para bastante más, como suprimir el Impuesto sobre el Patrimonio. Y ello no supone recortar derechos. Basta dejar de inflar la Administración con asesores, chiringuitos, asociaciones y subvenciones innecesarias a coleguillas paniaguados.

PUBLICADO ORIGINARIAMENTE EN MALLORCADIARIO.COM EL 24 DE JULIO DE 2023.

Por Álvaro Delgado Truyols